Paso de quedarme luchando, intentando que el agua no entre en mis pulmones y expulsen todo el aire y esos restos de vida que algún día albergaron. Pienso naufragar entre la maleza, y seguir adelante, pero habré cambiado el rumbo, no solo de una vida, el rumbo de la corriente y el destino que alberga.
He vencido o perdido ya me da igual, simplemente me he cansado de hacer que las cosas cambien. Si no hay cambios hacia el este, los habrán hacia el Oeste. Y ya mi brújula me llevará hacía el norte. El norte que me hiciste perder, el raciocinio que algún día tuve y las ganas a escribir novelas sobre hojas mojadas en alcohol. Esta vez la Niebla no es Bienvenida y la Luna que se quede en casa.
No te engañes, tu nunca fuiste racional (alguien tiene que tocarte los cojones).
ResponderEliminarA veces dejarse llevar no es tan malo.